La dispepsia funcional es un cuadro clínico multifactorial, generalmente recurrente, caracterizado por la presencia de signos y síntomas que producen malestar o disconfor en el abdomen superior.
De acuerdo a estudios estadísticos realizados, aproximadamente un 60% de la población sufre o ha sufrido episodios de dispepsia en algún momento de su vida.
Los síntomas más comunes de la dispepsia funcional, son: Sensación de plenitud gástrica, dolor de estómago después de comer, distensión estomacal, nauseas, eructos, presencia de acidez, ardor y dolor detrás del pecho, ocacionado por el ácido gástrico que sube hacia la boca, signo conocido como reflujo gastroesofagico y que se manifiesta por ardor o pirosis. Muchos pacientes lo describen como la sensacion de tener una brasa o fuego detrás del pecho y de sentir gusto a vinagre en la boca.
Debido a la presencia de estos síntomas, los pacientes tienden frecuentemente a disminuir y o seleccionar los alimentos habituales, tratando de aliviar sus síntomas y mejorar su estado digestivo. A veces por esta razon presentan una preocupante disminución del peso corporal, motivo que los pone en alarma y determina la consulta con su médico.
Los síntomas y signos presentes en la dispepsia, pueden tambien presentarse en otras enfermedades por lo que el profesional tratante, tendrá que realizar estudios de laboratorios, radiográficos y endoscópicos para descartar esta otra posibilidad.
Por tal razón, la elaboración de una completa y minuciosa historia clínica, basada en un amplio interrogatorio, que comprenda no solo los aspectos orgánicos, sino también los sociales, familiares, laborales y los conflictos dependientes de tales situaciones, junto a un buen examen físico y a los estudios complementarios solicitados para descartar otras enfermedades como el reflujo gastroesofágico, la gastritis, o la presencia de una ulcera gastro duodenal, la enfermedad vesicular y o una enfermedad pancreática, etc., nos orientará a pensar en el diagnóstico por exclusión de dispepsia funcional.
Actualmente se puede clasificar a la dispepsia, de acuerdo al predominio de alguno de sus signos o síntomas en:
Dispepsia de tipo ulceroso, de tipo reflujo y de tipo dismotilidad.
Dispepsia de tipo ulceroso: Aquí los síntomas son similares a los presentes en el caso de una úlcera estomacal o duodenal, y son fundamentalmente el dolor y ardor en el estómago, la presencia de acidez y la sensación de falta de una buena evacuación del estómago después de comer (Sensación de plenitud gástrica). También son frecuentes los eructos que al ser eliminados, disminuyen la sensacion de distensión estomacal. Recordemos que a diferencia de los pacientes que tienen úlcera gástrica o duodenal, los pacientes con dispepsia de tipo ulcerosa, solo tienen sus síntomas, no tienen úlcera.
La dispepsia de tipo reflujo, se caracteriza por presentar dolor y ardor detrás del pecho o retroesternal, debido a la presencia de mucho ácido que desde el estómago pasa al esófago llegando a veces a la boca provocando vómitos. Tambien este tipo de dispepsia se manifiesta por la presencia de eructos y gases abdominales.
Por ultimo la dispepsia de tipo dismotilidad: Aquí predomina fundamentalmente la falta de un buen tránsito de los alimentos desde que son ingeridos en la boca y que siguen su camino recorriendo el tuvo digestivo hasta llegar a su digestión intestinal. El problema se presenta por una disminución o alteración en las contraccciones musculares que arrastran los alimentos desde el esófago hacia el estómago y de este al duodeno y al resto del intestino.
Por tales circunstancias, la digestión de los alimentos no se realiza en el lugar y con los tiempos suficientes por lo que producen una formación de gases excesivos que provoca distensión abdominal, sensación de plenitud gástrica, saciedad precoz, falta de una buena evacuacion del estómago, es decir, una mala descarga de los alimentos ingeridos. También son frecuentes los eructos tardíos o después de comer, nauseas etc.
Cabe destacar que este problema en las contracciones intestinales, es decir, en la motilidad digestiva, no solo sucede en el esófago, estómago y duodeno en este tipo de dispepsia, sino que comprende a todo el intestino delgado y grueso. Por esta misma razón muchos pacientes con dispepsia sub tipo dismotilidad presentan frecuentemente constipación.
En cualquiera de los subtipos descriptos, el estrés, juega un rol primordial en la génesis del síndrome dispéptico.
Recientemente, se ha comunicado en estudios realizados, que la presencia en el estómago de una bacteria llamada Helicobacter pylori, podría estar implicada en la producción del síndrome dispéptico. Si bien, en un considerable número de pacientes dispépticos la presencia de la bacteria Helicobacter pylori es positiva, existe otra cantidad de pacientes que no presentan infección por Helicobacter pylori en la mucosa gástrica, por lo que este tema es actualmente motivo de controversias.
La Asociación Americana de Gastroenterologia (AGA), en una reunion realizada en San Diego, EEUU, estableció las normas de evaluación para pacientes dispépticos y en su contenido se establecen los criterios que deben emplearse así como los estudios necesarios para su diagnóstico. Esta metodología tiene como base conceptual la estratificación de pacientes de acuerdo al riesgo de presentar una enfermedad grave o no.
Esta clasificación de pacientes se basa en criterios que tienen en cuenta la edad, la jerarquía de los síntomas, y tiene en cuenta también la presencia o no de alteraciones en el estado emocional es decir la presencia de un estado de estrés.
Toda esta criteriosa evaluación apunta a optimizar el uso racional de los recursos economicos disponibles en las instituciones asistenciales y los recursos de los propios pacientes, antes de someterlos a la realización de cuantiosos estudios, a veces innecesarios para el diagnóstico de esta enfermedad tan frecuente.
Ante la certeza diagnóstica del Síndrome dispéptico, su médico le indicará seguramente en primer lugar un régimen higiénico dietético y medicación que podrá consistir según el subtipo diagnosticado en la administración de antiácidos o bloqueadores mas potentes de la secreción ácida gástrica, la administración de proquinéticos o aceleradores de las contracciones del estómago, protectores de la mucosa esofágica y gástrica, así como otros moduladores de la motilidad esófago gastro duodenal, ansiolíticos y antidepresivos. Ante la sospecha de presentar este cuadro clínico, consulte a su médico.
Prof. Adj. Dr. Oscar Alfredo Bedini.
Gastroenterólogo – Investigador Básico. UNR.
Jefe Ext. De Cátedra de Gastroenterología
Hosp. Provincial de Rosario